La Sonnambula (V. Bellini)
Festival Internacional de Santander
1 de Agosto de 2007
Sobre el papel no se podía augurar precisamente un éxito. El cartel de jóvenes desconocidos junto al consagrado Roberto Scandiuzzi daba que pensar. No hace falta meterse en cuentas para entender que el dinero no da para todo, y que cuando se hace un desembolso importante por un lado es necesario recortar por el otro. En este caso se recortó por todo lo que no fue él.
Y así salieron las cosas. Una Sonnambula para el olvido, o para el recuerdo de las malas noches, como se quiera. Clamoroso error de reparto (¿imposición?) el de Diletta Rizzo Marin, hija de Scandiuzzi, para protagonizar una ópera que pide a gritos una soprano lírico-ligera y no una soubrette insegura, sin volúmen y a medio hacer. Cantar con gusto no es suficiente mérito para tener el lujo de protagonizar a los veintitrés años, a menos que lo hagas junto a tu padre. El bajo italiano ofreció la mejor voz con mucho, recreando un Conde Rodolfo inteligente y honrado, aunque algo seco y corto de lirismo al abordar su gran aria. Tampoco convenció la inversión de la noche. Muy decepcionante la actuación del joven Shalva Mukeria, del que no se esperaba una gran línea pero sí agudos para dar y tomar. Finalmente nos quedamos sin una cosa y sin la otra. Agudos esquivados en su primer dúo, interpretación plana, frases acortadas y muchos problemas de afinación en sus últimas escenas. Un futuro a la vista muy distinto del que se pudo ver en su Duque de Mantua de Bilbao el pasado octubre. Cerraba el cuarteto una desenvuelta y acertada Sandra Pastrana, que gustó hasta que llegó su momento más comprometido en el último acto, coronado con sobreagudos tirantes y víctimas del falsete. Tampoco levantó el vuelo la labor de los comprimarios, con una Marina Pardo al frente que parece empeñada en seguir los dictados lingüísticos de la Sutherland.
La noche tampoco estuvo a la altura en lo que a dirección se refiere. La propuesta escénica de Hugo de Ana no hizo sino repetir la eterna fórmula de la colina verde y el camisón blanco, esta vez acompañados por un vestuario general muy duro a la vista y un trabajo de iluminación de lo más rutinario. Dirección escénica en la misma línea: conservadora y sin originalidad, limitando la labor del coro a mantenerse al fondo y dejar que todo ocurra. Tampoco fue la mejor noche del Coro Intermezzo, aunque ni ellos ni la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias podrían estar muy motivados a las órdenes de un maestro como Ottavio Marino, empeñado en frenar el dinamismo de esta ópera con tiempos lentos e injustificados. Un broche de oro para una noche en la que todo salió mal y nada fue por casualidad.
Sí, ya conocía lo del hombre este, me pasaron el vídeo de Youtube hace poco :) Me parece un lujo de voz para un concurso de ese tipo, sin duda, lo cual no quita para que a día de hoy esté muy lejos de poder cantar ópera. Pero vamos, que si para algo sirven cosas como esta es para que la gente se acerque a la ópera, y eso es bueno. El aria ultrarecortada que canta es una parte muy famosa de la ópera Turandot, que por cierto representan este año en Bilbao ;)
Te avisaré sin falta cuando pongan algo que piense que te puede gustar. Quedas añadida a la lista de “posibles” xD
Pues dicen que va a cantar para la reina de Inglaterra =S Eso ya me parece un poco exagerado, con la cantidad de cantantes de ópera consagrados que hay… Lo que hace la tv…
Cuando le oí cantar, me sonaba ultraconocido, pero claro, ni idea del nombre ni nada… es bueno saberlo =) Avísame cuando vengan que lo que me gusta del goth son las voces tan líricas de mujer, así que con la ópera, que no hay ni punto de comparación y a la que añadimos los factores potencia y directo, se convierte en una delicia emocional =)
SaludOS ;)
Bua, etox, la próxima vez que venga una ópera a Bilbao, avísame, por favor =)
Por cierto, yo me enteré ayer por el telediario así que seguramente también lo conozcas pero, qué me dices de este hombre? A mí se me caían las lágrimas =’)